El concejo deliberante de nuestra ciudad suma otro capítulo oscuro a su prontuario de sucesos irregulares. Esta vez se trata de la adulteración de expedientes administrativos.
Las adulteraciones fueron advertidas semanas atrás, cuando se descubrió la ausencia en determinados expedientes de informes y dictámenes que en su momento fueron incorporados al mismo.
Dichas irregularidades sucedieron durante la presidencia de Jorge López, aunque recientemente advertidas. De corroborarse las modificaciones realizadas, que consistirían en la supresión de informes y dictámenes, se incurría en un hecho grave pasible de sanciones administrativas e incluso penales para los implicados.
Según informaron a este medio, el motivo de la supresión de dichos escritos se debe a que tratan de informes y dictámenes -en su mayoría jurídicos- desfavorables a la iniciativa legislativa que se pretendía sancionar, lo cual dificultaba la adhesión de los demás ediles al momento de aprobar al proyecto en cuestión.
Un expediente administrativo de cualquiera de los tres poderes del estado es un instrumento público que está compuesto por una serie de escritos y documentos que al ser incorporados al mismo son numerados mediante foliatura. Foliar consiste en consignar números en orden consecutivo en el vértice superior de cada folio (hoja). Una vez incorporados y foliados los documentos, para retirarlos del expediente es necesario proceder a su desglose, que consiste en el acto mediante el cual se retira alguna foja o pieza que lo integra, por expresa autorización de autoridad administrativa competente, de lo cual debe dejarse constancia en el propio expediente, adjuntando copia de la resolución que así lo ordenó.
No sería la primera vez que un hecho de estas características sucede, un ex secretario parlamentario que en la actualidad ocupa una banca como edil también habría incurrido en dicha irregularidad, donde un personal de limpieza encontró en el cesto de basura fojas de expedientes que se encontraban foliadas y que se creían perdidas, lo que al descubrirse terminó con su remoción del cargo.
Pero el suceso de adulteración más resonante fue el realizado por la abogada y sobrina del intendente Fabio Martínez (en ese momento concejal), quien se desempeñó en la secretaría parlamentaria durante la presidencia de Yolanda Caballero y parte de la presidencia de Jorge López. En ese momento la irregularidad consistió en la supresión de fojas de un expediente en un intento por ocultar un error, ardid que fue advertido por un edil que se limitó a exponer la maniobra en duros términos durante una sesión ordinaria, sin que sobre la secretaria recayera sanción alguna. En ninguno de los casos acaecidos se efectúo denuncia alguna y los hechos irregulares con el tiempo pasaron a naturalizarse.
La administración pública municipal se maneja con una informalidad inusitada, sancionar la realización de actos irregulares se hace sumamente necesario para detener estas prácticas que menoscaban la fe pública que deben gozar nuestras instituciones.
D.C.