Tras la condena de veinte años de prisión para María Ramona Ovando (46), 18 para Marcos Iván Laurindo (24) y 12 para Lucas Sebastián Ferreira de Lima (24) por los delitos de “abuso sexual con acceso carnal, con conocimiento de la convivencia preexistente en concurso real, reiterado, promoción a la corrupción, abuso sexual gravemente ultrajante y por ser menores de 13 años las víctimas”, la expectativa derivó en conocer los fundamentos de la decisión de los camaristas Lyda Inés Gallardo, María Teresa Ramos y Eduardo Javier Jourdan (subrogante) del Tribunal Penal de Eldorado.
Por tratarse de delitos juzgados correspondientes a la integridad sexual, se reservan identidades de las víctimas, una nieta y dos hijas de María Ramona Ovando, y de máxima no se detallan circunstancias o detalles de los abusos y actos criminales relacionados.
La presidenta del Tribunal Penal, Lyda Gallardo fue quien planteó los interrogantes a resolver con los fundamentos: ¿Están probados los hechos y la autoría de los imputados? ¿Qué delitos se han cometido, y en su caso, cuál es la responsabilidad penal de cada uno y qué pena debe imponérseles?
En cuanto a los hechos y autoría se destacó del voto de Gallardo que “en el período comprendido entre el 6 de mayo de 2013 -día en que el Juzgado de Familia 1 de Eldorado resolvió entregar la custodia provisoria de las tres menores a María Ovando progenitora de dos niñas y abuela de la restante- y el 10 de marzo del año 2015 (…) Marcos Laurindo aprovechando la situación de convivencia abusó sexualmente de una de las víctimas quien en esa época tenía entre 7 y 9 años, accediéndola carnalmente en reiteradas oportunidades (…) Como así también abusó sexualmente de otra de ellas efectuándole tocamientos, gravemente ultrajantes para la misma al punto de provocarle las lesiones acreditadas”.
“Que también el coimputado Sebastián Ferreira, en circunstancia en que se hallaba de visita en la vivienda de María Ovando en Eldorado, a la que concurría por la amistad que lo unía a Laurindo en una oportunidad tras tomar de los cabellos a una de las menores la llevó hasta un monte cercano a una cuadra de la casa, la hizo ingresar y tras obligarla a acostarse en el suelo, la accedió carnalmente”.
“Todos estos abusos fueron cometidos con la complicidad de María Ovando, quien no sólo permitió que los mismos sucedieran, ya que cuando ambas menores le contaban lo que estaba ocurriendo, les pegaba, por lo que optaron no contarle más. Además las entregaba a cambio de dinero, por 100 pesos, que su concubino y su amigo le debían abonar”.
Se destacó el relato de una de las víctimas: “Ramona es mi abuela y nos vendió por cien pesos a cada una. La plata le tenían que dar los dos maridos de ella Lucas y Marcos”.
La conclusión médico legal del expediente en una de las niñas: “Signos compatibles con desfloración vaginal y anal de antigua data”. Mientras que en otra: “Signos compatibles con desfloración vaginal de antigua data”.
Gallardo resaltó del alegato del fiscal Federico Rodríguez: “La defensa no ofreció pruebas, no tuvo testigos de descargo y tampoco declaró la imputada Ovando, es decir, no dio explicación del hecho”.
“Para el fiscal al analizar el expediente del Juzgado de Familia el 6 de mayo de 2013 no se vio ningún intento de cambiar el rumbo y el 4 de noviembre del 2013 la licenciada Lorena Segovia concluyó que las relaciones familiares eran caóticas”.
“El 15 de octubre del año 2014 se constata que una de las menores le manifestó a una docente que su mamá le pegó con un cinto y a veces le pegaba con un cable, se constataron las lesiones que presentaba”, amplió y agregó que “la Dirección de Acción Social de la Municipalidad de Eldorado solicitó al Defensor oficial la intervención, medidas de protección de las menores ya que se encontraban en situación de vulnerabilidad de sus derechos (…) y el 17 de octubre se promueve acción de protección integral de persona por agresión de María Ovando hacia sus hijas”.
“El 10 de febrero de 2015 la fiscal Civil, Carla Bergottini dictaminó que no fue prudente la entrega de las niñas a la señora Ovando (…) En el juzgado de Familia la vicedirectora de la escuela manifestó que las menores siempre asisten solas a la escuela, nunca las acompañó la madre”. Siempre según el escrito, el 26 de febrero de 2015 una licenciada presentó el informe psicológico y dijo que “el maltrato está ligado a razones rutinarias y cotidianas, la dinámica incluye el uso del poder y la violencia”. Un informe socioambiental advierte contradicción entre lo que argumentaban María Ovando y las menores:“María dice que vive sola con las niñas sin embargo las menores dicen que no es así y se observa ropa interior masculina en el baño”.
El 5 de marzo la fiscal Bergottini en su dictamen dejó sentado que “se había advertido que Marcos Laurindo resultaba ser ya abusador de su hermano menor y que estaría conviviendo en el mismo hogar con las niñas, y solicitó se rechace la petición de la actora (María Ovando) de restitución de las niñas”.
“EI 6 de marzo de 2015 en el Juzgado de Familia, testigos dijeron que las nenas tenían hambre, no tenían ropa, estaban con frío, estaban sucias, nunca tuvieron acompañamiento” y que una de ellas fue a la escuela “azul en la espalda y piernas” por las golpizas. “Marcos la fue a buscar a la escuela. Acá se empieza a ver la calidad de guardador de Laurindo”.
Una maestra de las menores declaró: “Llamaba a María Ovando y no iba nunca, de tanto insistir fue a fin de año dijo que no podía porque estaba de gira con sus libros y que al parecer en la casa vivían muchas personas incluido el novio de María de apellido Laurindo”.
“Ninguna prueba logra enervar la versión oficial de los hechos. Mediante las declaraciones indagatorias, los mismos imputados dijeron que eran mayores, ponen en evidencia que se juntaban con María Ovando, que iban a la casa de Ovando, que iban a la escuela juntos, que eran amigos, eso de que en la casa hacían fiestas también lo dice uno de los imputados”.
El 29 de abril de 2015 la abuela de las niñas realizó la denuncia ante la Comisaría de Puerto Esperanza. Una de las niñas le confesó que “Marcos Laurindo vivía en la casa de María Ovando, pero Lucas Ferreira sólo iba de visita. Dijo a la abuela que el padrastro Marcos” la violó de manera irreproducible.
También señaló que la víctima “le contó a la madre María y ésta le pegó una cachetada y le dijo que no le cuente más, dando a entender que la madre estaba al tanto de la situación. Que las menores quedaban solas en la casa con el padrastro y éste abusaba de ellas y también Lucas llevándola a una de ellas al monte cercano a la vivienda”.
También se remarcó un informe respecto a María Ramona Ovando, que diagnosticó “síndrome del maltrato”. Respecto a sus hijas “aparecen signos defensivos indicadores de malos tratos y abusivos. La imagen de familia es disgregada y aglutinada”. Primera Edicion.