Con la posible declaración de una efectivo policial y, con la esperanza de que puedan presentarse los testigos que no pudieron compadecer durante la primera jornada, continúa hoy en el Tribunal Penal de Eldorado el debate oral por el asesinato a machetazos en 2017 del trabajador rural Ángel Márquez (59) y por el cual son juzgados los brasileños Luis Da Silva Zanella (22) y Rogerio Da Silva Vargas (20).
De acuerdo a la planificación estipulada por el Tribunal, se espera aún la declaración de una oficial auxiliar de la Policía, cuyo relato podría ser importante para el avance del juicio dado que se encargó de gran parte de la investigación e incluso había hablado con la madre del chico que había identificado a los acusados como autores del crimen de Márquez.
Aunque dicha testimonial está sujeta al cuadro de salud de la uniformada, quien la semana pasada presentó certificado médico y se aguardará hasta hoy su presencia ante los magistrados. De no poder asistir nuevamente, las partes evaluarán si se incorpora por lectura de declaración.
Por otro lado, de no acudir los testigos que faltaron la semana pasada, entre los cuales se destacan el dueño de la chacra donde ocurrió el hecho y un joven vecino de la víctima que conocía a los imputados, se planea incorporar por lectura sus relatos hechos durante la instrucción del caso.
Y una vez culminada esta etapa, las partes estarían en condiciones de iniciar con la respectiva ronda de alegatos.
El tribunal está conformado por los jueces Atilio León (presidente), Lyda Gallardo y Eduardo Jourdan (en carácter de subrogante).
La fiscalía está representada por Federico Rodríguez, mientras que la defensa de los brasileños corre por cuenta de la defensora oficial Ana María Mayerhoffer.
Testimonios clave
Durante la segunda jornada, llevada a cabo hace exactamente una semana en el Tribunal Penal de Eldorado, se recibieron dos aportes que complicaron seriamente la situación de los imputados.
Uno de los testimonios más importante lo dio Jorge Álvez Da Silva, familiar de los acusados.
El hombre narró que tanto los dos jóvenes como un tercer implicado que hasta el momento continúa en condición de prófugo, lo fueron a buscar durante la madrugada del viernes 29 de julio hasta su casa en Dos Hermanas.
Y añadió que esto ocurrió apenas unos minutos después de haber regresado de Bernardo de Irigoyen, lugar al que había viajado horas antes para participar de un velorio.
Durante la charla con los jueces, Álvez Da Silva contó que los tres implicados le pidieron un viaje hasta la zona de frontera con Dionisio Cerqueira y recordó que recibió como pago por el viaje 100 pesos y 20 reales.
Y que tras dejar al trío en Irigoyen retornó a su casa y no volvió a ver a sus familiares.
Por otra parte, Celso Barros Carvalho, vecino de la chacra donde trabajaba como cuidador Antúnez, también dio aportes interesantes.
El joven comentó que días antes del homicidio vio merodear a los dos brasileños, en proximidades a la casilla donde dormía Márquez. Y recordó que uno de ellos intentó ocultar su rostro con una gorra y que eso le llamó la atención.
Además de estas dos personas, durante la segunda jornada también declaró un oficial principal de la Policía de Misiones. En este caso debido a su rol como comisario en Dos Hermanas al momento del grave hecho.
El uniformado contó que fue parte del operativo de búsqueda de los tres homicidas y recordó que fueron dos integrantes del Comando Radioeléctrico de la Unidad Regional XII quienes atraparon a los dos implicados cuando intentaban escapar hacía Brasil.
Más de 30 machetazos
El cuerpo totalmente masacrado a puñaladas y golpes de Ángel Márquez (59) fue descubierto el sábado 29 de julio de 2017, por el dueño de la propiedad que la víctima cuidaba en Colonia Itatí, en el Paraje Dos Hermanas. Marroco, como era conocido la víctima en el pueblo, presentaba el rostro desfigurado, además de visibles lesiones con arma blanca en los pies y otras partes del cuerpo. La autopsia estableció que Márquez había recibido más de 30 puñaladas: 12 en el rostro, 11 en la espalda y 11 en el estómago. Por el caso se dio intervención a todas las dependencias policiales de la Unidad Regional XII para que se logre identificar a los agresores. Fue así que cerca de la medianoche de ese mismo sábado, en cercanías a la Aduana de Bernardo de Irigoyen, dos efectivos del Comando Radioeléctrico sorprendieron a dos jóvenes intentando esconderse en una zona de montes, próxima a la frontera con Brasil. Sin embargo, al intentar reducirlos los sospechosos ofrecieron una tenaz resistencia, pero con apoyo de otros uniformados el dúo finalmente fue detenido y trasladado a la comisaría local. Ya en sede policial se constató que se tratarían de los dos presuntos atacantes del cuidador y de inmediato quedaron en la mira de la Justicia. Según trascendió en aquel momento, los brasileños habrían pagado a un vecino para que los llevara en auto hasta la zona de frontera. Se cree que los delincuentes habrían atacado a la víctima con la intensión sustraerle armas y dinero.