La ciudad de Eldorado muestra un estado preocupante en cuanto a la limpieza urbana y el cuidado ambiental. Lo que debería ser una responsabilidad compartida entre la ciudadanía y las autoridades del sector ambiental, hoy parece un tema abandonado.
Este fin de semana se registraron al menos dos episodios que reflejan claramente la falta de orden y compromiso. Por un lado, se realizó un llamado a los bomberos por una quema de basura en el barrio Sarmiento. Según denunciaron, un vecino prendió fuego residuos acumulados en la calle Pilcomayo, donde se había conformado un microbasural.
Por otro lado, este medio (E24N) recibió fotografías donde se evidencia la presencia de basura arrojada en la vía pública sobre la Tránsito Pesado, a la altura del kilómetro 10. Lo llamativo es que a pocos metros del lugar existe un contenedor habilitado para el depósito de residuos, lo que confirma la falta de conciencia y compromiso por parte de algunos vecinos.
A esto se suma una situación preocupante que ocurrió el viernes por la noche sobre la avenida San Martín, donde pudo observarse agua servida —presuntamente líquidos cloacales— que eran arrojados desde varios edificios. El olor nauseabundo recorrió buena parte de la zona céntrica, afectando directamente a los comensales de locales ubicados frente a Picadas Eldorado y el Supermercado Centro.
Un funcionario consultado explicó que «algunos particulares que transportan basura, por no llevarla hasta el predio municipal, la arrojan en baldíos o espacios verdes, formando microbasurales en distintos sectores».
Ante este panorama, también cabe cuestionar la inacción del área de Medio Ambiente del municipio. No basta con plantar árboles: se necesita una presencia activa en los barrios, recorridas periódicas, reuniones con vecinos, campañas de concientización presenciales y mayor articulación con sectores clave como Bomberos, quienes son frecuentemente alertados por quemas en distintos puntos de la ciudad.
Con la llegada del calor, el problema se agudizará. Aumentará la cantidad de basura acumulada, los olores serán aún más intensos, y las condiciones sanitarias se verán aún más comprometidas. La falta de conciencia ciudadana y el escaso control por parte del Estado local conforman un cóctel peligroso que merece atención urgente.