Recientemente, el Concejo Deliberante de Eldorado aprobó una nueva normativa en reemplazo del Código de Nocturnidad que regía desde 2007. Este cambio, que ahora deberá ser promulgado por el Ejecutivo, marca un punto de inflexión en las políticas que regulan la vida nocturna de la ciudad. La normativa anterior había sido objeto de críticas durante años, debido a sus estrictas restricciones, especialmente en lo relacionado con los horarios de venta de alcohol, el acceso de menores a boliches y las fiestas eventuales.
Uno de los aspectos más controvertidos del Código de Nocturnidad anterior era la prohibición de acceso a los boliches a menores de 18 años. En palabras del concejal Daniel González, uno de los principales impulsores de la derogación del código, resulta ilógico que a los jóvenes de 16 años se les permita participar activamente en procesos democráticos, como elegir a sus autoridades, trabajar o incluso tomar decisiones sobre su salud, pero se les impidiera ingresar a un boliche. Con la nueva normativa, se permite el ingreso de menores a partir de los 16 años, pero se mantiene la prohibición de la venta de alcohol y tabaco dentro de esos locales mientras haya menores presentes.
Otro de los cambios significativos se refiere a las fiestas eventuales, como las despedidas de fin de año de los colegios secundarios. Ahora, los jóvenes de entre 16 y 21 años podrán asistir a estos eventos, siempre que los organizadores garanticen las condiciones de seguridad y los medios de transporte adecuados. Además, se permite la presencia de padres y docentes en las fiestas, lo que refuerza la supervisión de los eventos.
En lo que respecta a la venta de alcohol, la nueva normativa elimina las restricciones existentes para los comercios, como los quioscos, y amplía los horarios de expendio. No obstante, la prohibición de la venta y el consumo de alcohol por menores de 18 años se mantiene firme, buscando un equilibrio entre la flexibilidad de la normativa y la protección de los derechos de los jóvenes.
Reflexión:
El cambio en la normativa de nocturnidad refleja una evolución en la forma de entender y regular la vida nocturna, reconociendo los derechos de los jóvenes y adaptándose a las nuevas realidades sociales. Al permitir el acceso de menores a los boliches y ampliar las posibilidades de las fiestas eventuales, la ciudad avanza hacia una mayor flexibilización, pero sin perder de vista la necesidad de proteger a los más jóvenes. Este tipo de reformas no solo debe tener en cuenta las demandas de la sociedad, sino también las condiciones de seguridad y el bienestar de todos los involucrados. El equilibrio entre la libertad y la responsabilidad, entre los derechos individuales y la protección colectiva, es lo que garantizará el éxito de estas nuevas medidas.