En las últimas horas, circuló un video en las redes sociales que muestra a un funcionario del sector de tránsito municipal acercándose a una persona que estaba grabando con su celular. En la grabación, el sujeto grita que lo están golpeando, lo que desató una ola de indignación en la comunidad, rechazando el accionar del inspector por la supuesta agresión. No obstante, más allá de la discusión sobre si efectivamente ocurrió un abuso físico, lo que está claro es que ningún funcionario puede golpear a un ciudadano, sin importar el contexto.
El problema es más complejo, pues en el mismo video no se sabe con certeza qué sucedió en el control vial en el que ocurrió el incidente. Sin embargo, lo que sí es evidente es el creciente descontrol en el tránsito de nuestra ciudad. La única avenida principal está colapsada, sin alternativas viables para descongestionar el tráfico, especialmente durante las horas pico. A esta problemática se suma la irresponsabilidad de muchos conductores, quienes demuestran escasa tolerancia al volante.
Un número alarmante de motociclistas circula sin la documentación correspondiente: sin seguro, sin registro o incluso con vehículos robados y documentación adulterada. Además, muchos no utilizan las luces de giro, los cascos, y en algunos casos, las motos son modificadas para generar ruidos molestos con escapes libres, sobre todo en horarios nocturnos y en la madrugada. Los famosos «Willies», esas maniobras temerarias que ponen en peligro a los transeúntes, se han convertido en una práctica común, realizada en plena avenida y en cualquier hora del día.
Lo más preocupante es que, hoy por hoy, el sobrepaso por el lado derecho de otros vehículos se ha vuelto una norma, evidenciando un total desprecio por las leyes de tránsito. La ciudad está soportando una situación de caos vial y social, donde la violencia se gestiona desde la calle, y los funcionarios encargados de regular el orden se ven desbordados ante la creciente falta de respeto por las normativas.
Para erradicar esta situación, el Ejecutivo local debe tomar medidas urgentes. Es necesario aplicar controles más estrictos, crear programas de concientización vial y hacer cumplir las leyes con rigor. Si no se actúa con decisión, pronto estaremos hablando de más hechos violentos, donde no se sabrá quién tiene la razón y, lo más grave, si las decisiones tomadas se corresponden con la realidad de los hechos.
Lo que ocurrió este fin de semana no es un hecho aislado. No será la última vez que los funcionarios del sector de tránsito se vean desbordados, ni será el último incidente donde los conductores actúan con total libertinaje. El Estado tiene las herramientas necesarias para intervenir y garantizar un tránsito seguro y ordenado. Es momento de que se tomen medidas concretas antes de que la situación empeore aún más.