Se acercan las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO), comicios nacionales donde cada partido político define mediante el voto quiénes serán sus candidatos en las elecciones legislativas generales. En ese contexto el Comité Provincia de la Unión Cívica Radical (UCR) decidió que el radicalismo competirá con una sola lista que será encabezada por Martín Arjol, actual concejal de Posadas, determinación adoptada con la intención de no dividir el voto radical de cara a la competencia dentro del Frente Juntos por al Cambio.
Dicha decisión partidaria dejaba fuera de la contienda electoral al Diputado Provincial Gustavo González, quién pretendía competir en la PASO con su par Martin Arjol, sin embargo, luego de una fuerte disputa partidaria finalmente González logra imponer su candidatura, consagrándose como competidor de Arjol en la disputa por el primer lugar en la lista radical de Candidatos a Diputados Nacionales por la Provincia de Misiones.
Lo cierto es que González logra imponer su participación en los comicios, no sin antes atravesar por una disputa partidaria sin precedentes, en la cual emitió fuertes acusaciones contra las autoridades y diputados provinciales de la UCR por impedir su participación en las PASO, incluso su hermano y concejal electo por la ciudad de Eldorado en una editorial de opinión publicada por un diario digital local, reveló los estrechos contactos políticos de gran parte del radicalismo con el auto percibido “MISIONERISMO” del Frente Renovador, donde denunció que la UCR misionera, “lenta y paulatinamente va dejando de ser oposición”, además agregó que su partido “cayó en la lógica” de cambiar votos por favores, cargos, acomodos y contratos en una universidad nacional pública (Ubicada en la ciudad de San Vicente).
Lo cual si bien es del todo cierto, no menos cierto es que los hermanos González mantuvieron un silencio cómplice y solo decidieron salir a ventilar todos los manejos espurios de la UCR con el oficialismo provincial cuando sus intereses (políticos-partidarios) se vieron afectados, conocían muy bien lo que sucedía puertas adentro de su partido y decidieron callar todo el tiempo, hasta el momento de verse perjudicados por una decisión que según dicen fue adoptada por su partido en beneficio del “MISIONERISMO”.
La afinidad existente entre el partido radical y el oficialismo provincial no es ajena al ámbito local, donde un concejal radical, siendo opositor, es el segundo concejal con más contratos dentro del Concejo Deliberante de Eldorado, solo superado por el presidente del cuerpo. La pregunta que surge es: ¿Cómo un concejal opositor logra semejante cantidad de contrataciones en un órgano gobernado por el oficialismo municipal? ¿Ningún radical se dio cuenta de ello?; al parecer no, porque nadie jamás salió a realizar declaraciones, ni siquiera el comité municipal que tampoco se manifestó ante el escándalo por la violación a la carta orgánica donde el mismo concejal radical fue partícipe.
Si bien ejemplos de políticos opositores que terminaron en las filas oficialistas existen en gran cantidad, en el radicalismo podemos citar el caso de Edmundo Soria Vieta, expulsado del radicalismo por votar los pliegos de los jueces propuestos por la Renovación para ocupar la judicatura en el Superior Tribunal de Justicia, también podemos recordar a Hugo Escalada, actual Presidente del Instituto Forestal Provincial, entre otros, existe una “nueva generación radical” que prefiere antes de “ser radical”, “parecer radical” y mantenerse afín al gobierno de turno si ello le permite conservar sus puestos de poder dentro de su estructura partidaria, una práctica que esta generación nueva realiza sin tapujos.
El radicalismo misionero, históricamente caracterizado por su férreo rol opositor y por debatir cuestiones internas y adoptar decisiones de manera democrática por medio de sus órganos partidarios, en la actualidad encontró al enemigo menos esperado, y lo hizo dentro de su seno íntimo, ya que no se trata del kirchnerismo ni del Misionerismo, dos fuerzas políticas que el radicalismo repudia constantemente en todos sus aspectos. Tanto se preocuparon por disputar políticamente con ajenos, que descuidaron a los propios, con lo cual podríamos afirmar que los radicales misioneros encontraron en sí mismos a sus “Enemigos Íntimos”.
D.C