Código de nocturnidad en nuestra ciudad como una medida de control o restricción para los jóvenes durante horarios nocturnos. Sirve? El uso de un «código de nocturnidad» como mecanismo de control a los jóvenes es un tema complejo y controversial.
Tiene ventajas y desventajas que deben analizarse cuidadosamente, por un lado, puede ayudar a mantener el orden y la seguridad durante las horas de la noche, evitando problemas como vandalismo, delincuencia juvenil, etc. Brinda un marco normativo. Sin embargo, también puede ser visto como una limitación excesiva a la libertad y autonomía de los jóvenes, generando descontento y rechazo, es importante buscar un equilibrio entre la necesidad de protección y el respeto a los derechos y desarrollo de los adolescentes.
Sería recomendable que cualquier «código de nocturnidad» se implemente de manera consensuada, tomando en cuenta la opinión de los propios jóvenes, las familias y las autoridades.
En resumen, no hay una respuesta simple sobre si el «código de nocturnidad» es útil o no. Depende mucho del contexto y la forma en que se aplique. Se requiere un análisis cuidadoso de pros y contras en cada caso particular. El desarrollo y bienestar de los jóvenes debe ser una prioridad en la agenda local en el diseño de políticas públicas.
Esto implica implementar medidas y programas enfocados en áreas clave como educación, salud, seguridad, oportunidades laborales, espacios de esparcimiento, etc, deben ser integrales, abarcando diversos aspectos de su vida y necesidades. Es crucial involucrar a los propios jóvenes en el diseño e implementación de estas políticas, escuchando sus inquietudes y propuestas. Además del rol del municipio también es importante la participación de la familia, la comunidad y la sociedad civil en el cuidado y acompañamiento de los jóvenes.
Ariel Domínguez (opinión)