La situación de los guardaparques de Misiones es cada vez más alarmante. En un contexto de creciente amenaza para las áreas protegidas de la provincia, los encargados de custodiar la biodiversidad enfrentan una grave escasez de recursos, lo que les impide cumplir con su función de preservación y protección de la flora y fauna local. La falta de vehículos, motos, combustibles y equipamiento básico para poder comunicarse entre ellos, sumado a la ausencia de personal suficiente, está dejando desprotegidos miles de hectáreas de terreno forestal que, día a día, sufren las consecuencias de actividades ilegales.
A pesar de los esfuerzos de los guardaparques, los recursos recaudados por los parques no se destinan a mejorar la situación de protección, sino que se derivan hacia otros sectores de la provincia. Esta falta de fondos ha generado una creciente preocupación entre los trabajadores, que advierten sobre la inminente posibilidad de llevar adelante una medida de fuerza si no se resuelve la crisis.
La última amenaza de esta problemática ocurrió en los primeros días de enero, cuando un grupo de delincuentes ingresó a una zona protegida de tres mil hectáreas y cargó seis camiones con madera autóctona. Los controles en las rutas nacionales y provinciales, aunque se realizan durante el día, no son suficientes, ya que muchos de los infractores utilizan caminos alternativos y actúan durante la noche, lo que dificulta su detención.
Además de la tala ilegal, la falta de recursos también pone en riesgo la capacidad de los guardaparques para enfrentar incendios forestales, otro de los grandes peligros que acechan a los parques nacionales de Misiones.
La desprotección de las áreas verdes de la provincia es cada vez más grave, y los guardaparques exigen con urgencia una respuesta por parte del gobierno provincial para garantizar la conservación del patrimonio natural de Misiones.