Un confuso episodio se registró durante la madrugada de ayer en el barrio Pinares de Eldorado, donde fue hallado sin vida un hombre en situación de calle y al que algunos vecinos señalaron a la policía que había intentado ingresar a robar a una vivienda de la zona minutos antes.
Carlos Dionicio Antúnez tenía 38 años y se investiga lo sucedido como muerte dudosa y se aguarda que la autopsia en la Morgue Judicial del Superior Tribunal de Justicia en Posadas determine las causas del deceso, principalmente si la muerte fue violenta o no.
De acuerdo a fuentes consultadas, pocos minutos después de las 2 de ayer se alertó a la comisaría Segunda de la Unidad Regional III que vecinos, entre ellos referentes del foro de seguridad del barrio Pinares, tenían reducido a un hombre al que habrían atrapado en flagrancia delictiva al intentar ingresar a robar a una casa próxima.
Esto ocurrió en el cruce de las calles Quilmes y Valentín Alsina. Pero cuando los uniformados llegaron al lugar hallaron a un muchacho conocido por su deambular constante en situación de calle que ya no solo estaba reducido para ser detenido sino que no se movía porque había muerto.
El médico legista de turno en la UR-III examinó el cuerpo e informó: “Se evalúa cuerpo sin signos vitales, sin signos de violencia externa, causa de muerte dudosa y se solicita autopsia al Cuerpo Médico Forense”.
El paso restante correspondió al juzgado de turno, que ordenó que el cadáver se aloje en la morguera del Hospital SAMIC de Eldorado y hoy sea enviado a Posadas para la pericia mencionada.
Pasadas las 7 de ayer, se presentó en la comisaría Segunda un joven de 21 años con domicilio en el barrio Santa Rosa de Lima. Fue llevado al SAMIC y reconoció que el cuerpo correspondía a su hermano de 38 años y ratificó que estaba en situación de calle.
Se intenta ahora esclarecer primero el motivo de la muerte de Carlos Dionicio y si hay evidencias firmes y principalmente pruebas, que apunten a que intentó ingresar a robar y por qué motivo terminó inerte en la calle.
Las mismas fuentes confiaron al respecto que era notoria la apariencia de situación de calle de Antúnez y que resulta por lo menos polémica la necesidad de haberlo reducido con violencia.
Otras voces de consulta reflejaron las mismas sospechas pero que resultaba complejo determinar si fue agredido porque visiblemente no tenía lesiones.
Se sugirió que pudo morir por un infarto al ser cercado por los vecinos. Se remarcó que Antúnez no estaba armado.