El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, amenazó con usar la Fuerza Nacional de Seguridad, tropa de élite policial, contra las protestas convocadas para el domingo por grupos sociales y movimientos antifascistas a los que calificó de «terroristas», «marihuaneros» y «desocupados», en medio de la conmoción nacional por los 34.000 muertos por la pandemia del coronavirus.
Bolsonaro hizo la amenaza durante la inauguración de un hospital de campaña, el primero del Gobierno federal para atender a pacientes con coronavirus, en la ciudad de Aguas Lindas, en el estado de Goiás, vecino a Brasilia, cuya construcción había sido anunciada en abril pasado.
El mandatario llegó al lugar en helicóptero, y al pisar barro se resbaló y se cayó, luego de saludar a un bombero sin usar barbijo y violando las directivas de distanciamiento social del gobierno de Goiás.
El mandatario levantó el tono ante las protestas del próximo domingo, que según el gobierno pueden ser parte de un movimiento mayor -pese a la pandemia- para presionar al Congreso a abrirle un juicio político.
Ya se presentaron unos 30 pedidos de destitución del presidente, los últimos sobre delitos contra la salud pública por su mundialmente criticada gestión del brote, que dejó más de 34.000 muertos y puso a Brasil como el país con más fallecimientos por detrás de Estados Unidos y Reino Unido.
Brasil registró el jueves un nuevo récord diario de 1.473 muertes.
«Espero que el domingo las policías de los estados hagan su debido trabajo», pidió Bolsonaro dirigiéndose al gobernador conservador goiano, Ronaldo Caiado, un ruralista y médico que rompió con el Gobierno nacional en medio de la pandemia a raíz de la postura negacionista del mandatario sobre la gravedad del coronavirus, al que una vez calificó de «gripecita».