La senadora Lilian Samaniego arremetió este lunes contra las nuevas medidas migratorias del presidente argentino Javier Milei, que exigirán a partir de julio un seguro médico obligatorio internacional a los extranjeros para ingresar a Argentina.
«La medida va en contra de lo que debe ocurrir y es un atentado contra la integración regional, lo que debería ser la consigna en el Mercosur», declaró la colorada, una de las figuras más influyentes de la disidencia y posible candidata a la vicepresidencia junto al abdista Arnoldo Wiens.
Samaniego, quien cuestionó las políticas durante una sesión plenaria del Parlasur, destacó que la normativa «va de contramano» con los esfuerzos de agilización migratoria, como el reciente protocolo de cooperación entre los dos países. Aunque valoró ese avance, la senadora advirtió que requisitos como el seguro médico «rompen los lazos históricos» entre Paraguay y Argentina, donde miles de paraguayos cruzan diariamente la frontera para estudiar o atenderse en hospitales públicos.
El gobierno de Santiago Peña reaccionó con ambigüedad: mientras el presidente minimizó el conflicto -resaltando la «autonomía» de Argentina-, el director de Migraciones, Jorge Kronawetter, admitió que la Cancillería paraguaya era la encargada de realizar las consultas formales sobre el tema, pese a que el mes pasado se reunieron autoridades migratorias del Mercosur sin abordarlo.
Milei justifica las medidas alegando que el 10% del presupuesto sanitario se destina a extranjeros, mientras argentinos quedan fuera del sistema . Además del seguro médico, el decreto de Milei incluye que universidades nacionales cobren a extranjeros no radicados y un régimen preferencial para inversionistas o migrantes con «medios de vida demostrables».
Para Samaniego, esto profundiza la desigualdad: «No existe paraguayo que no tenga vínculos con argentinos: abuelos, tíos, hermanos». La crítica de Samaniego refleja la tensión en el Mercosur, donde Argentina -bajo Milei- priorizado medidas unilaterales, como los peajes, las negociaciones bilaterales y no en bloque, en lugar de consensos regionales o bilaterales.
Mientras el gobierno paraguayo evita confrontar, la senadora disidente insiste en que la reglamentación final debe ser «más amable» con los paraguayos, cuyo flujo migratorio es vital para economías fronterizas como las de Formosa o Clorinda, entre otras ciudades .