ELDORADO. Durante 3 días consecutivos, una madre de 38 años vive y duerme junto a su pequeño hijo de 2, al costado del Banco Nación. Día y noche circula gente por las rampas de los cajeros pero parecieran invisibles a los ojos de los ocupados. ¿Estamos naturalizando la desigualdad y la pobreza, o que nos está pasando?.-
En la noche de ayer miércoles, a través de la red social Twitter, Lucia Pereyra, motivada por la bronca que le provoca las injusticias, publicó en su cuenta la situación de vulnerabilidad por la que están atravesando la madre y el niño. (Textual) «Fui al banco nación había una señora y un nene durmiendo en el piso desabrigado y descalzo! pregunto qué pasó y si están bien; la señora me resp si, no tengo donde ir.. “el papá de él y su abuelo le pegaron y le violaron”. Les juro q quede en shock! En mi mente .. pensé ESTO ES REAL? Trague saliva y dije: hiciste la denuncia, lo llevaste al hospital, él está bien?. Ella dijo: si y me dieron la tenencia a mi ahora!!! . Me dijo que le dieron un poco de pañal para el nene y tenía un poquito para comer, yo le di lo que tenía en mi billetera!!! Pero por favor si alguien puede o justo va, llévenle ropa, almohada o algo para ese nene tiene aprox 3 o 4 años y está de shorts remera y descalzo».
De inmediato, un grupo de personas que se vieron sensibilizadas por la publicación de la joven, fueron al lugar para llevarles colchas, alimentos y ropas, en medio de una noche en que la lluvia parecía interminable. Al llegar, la imagen dura era así tal cual, una mujer sentada con cabeza gacha, como si tuviera vergüenza, y junto a ella, un niño durmiendo sobre una colcha en la rampa del Banco. ¿Qué se hace en situaciones como ésta?. ¿Por qué hay un niño de 2 años durmiendo en la calle?. ¿Cuántas personas pasaron, los vieron y lo naturalizaron?, son algunas de las preguntas que se hicieron.
Llamar a la policía, al 911, a la línea 137 y a funcionarios de Acción Social fueron las alternativas. Luego de más de media hora de espera, cerca de la medianoche, se hizo presente un patrullero con efectivos pertenecientes a la Comisaría Primera que luego de hablar con la mujer decidieron trasladarla junto a su niño a la Comisaría de la Mujer en el kilómetro 4. De allí en más, dieron intervención a la línea 137 y en conjunto realizaron los trámite de rigor. Cerca de las 3:00 hs. de la madrugada madre e hijo fueron trasladados al hospital SAMIC para su revisión. Además, desde la Línea 137 informaron que Alicia sería una paciente psiquiátrica que ésta mañana debería ser revisada por la profesional, mientras que el menor por un pediatra. Ademas, los asistentes pudieron tomar contacto con la Secretaría de Acción Social de la Municipalidad de 9 de Julio, ya que la familia sería del kilómetro 28.
Si hay algo doloroso en esta época que nos toca vivir es la obscena normalidad con la que aceptamos la desigualdad como un hecho natural y para poder sostener un estilo de vida cómodo, adaptado al insaciable mundo del consumo que no dudamos en merecer, enceguecemos nuestra conciencia para no ver el sacrificio de miles de vidas condenadas a la soledad de la exclusión.
La respuesta de muchos ante la presentación del caso fue: «pero esa mujer hace 3 días está allí», sí, así como si nada, como si después de 3 días la situación de desigualdad y vulnerabilidad se volviese normal.
La exclusión, a menudo vista como una opción de vida que la gente elige por incapacidad o vaya a saber por qué extraña perversión, cargando siempre la culpa en sus espaldas y aliviando a la de los que viven fuera gracias a una supuesta vida exitosa que le ha permitido ser acreedores del derecho a transitar plácidamente dentro del contrato social establecido.
Quizás este niño hoy no entienda y no de cuenta del sufrimiento, pero ya le llegará la edad cuando dará cuenta de lo injusta que es su vida y habrá que ver como remediará tanto dolor. La mayor responsabilidad de ésto recae sobre el Estado, pero también sobre cada ciudadano que pasó por alado y no los vio.