Este lunes comenzo la esperada Apertura Estudiantil Deportiva en la localidad de 9 de Julio, evento que reúne a escuelas de toda la zona en una jornada marcada por el deporte, el entusiasmo juvenil y la convivencia entre instituciones. Sin embargo, no todos estuvieron presentes. La EPET N° 22, de Santiago de Liniers, no participo, generando un profundo malestar entre sus estudiantes.
Según pudo averiguar E24N, la ausencia de la EPET no se debe a una cuestión técnica ni presupuestaria, sino a una negligencia en la gestión directiva. Los trámites necesarios para asegurar su participación habrían sido iniciados fuera de término, lo que imposibilitó la inscripción en tiempo y forma.
“Nos dijeron que se hicieron tarde los papeles para presentarnos. No lo podemos creer”, expresó con tristeza uno de los alumnos afectados.
La decepción es generalizada. Casi 40 estudiantes de distintos cursos se ven ahora privados de competir, luego de haberse preparado con gran entusiasmo durante todo el año. Algunos incluso comentaron que ya habían solicitado la compra de camisetas para representar a su institución, compra que finalmente debió ser suspendida ante la falta de confirmación oficial.
“Estábamos muy entusiasmados. Nos preparamos desde principio de año, teníamos coreografía, equipo armado, camisetas… ahora nos quedamos afuera sin saber por qué. Es la primera vez que pasa algo así”, relataron con desilusión varios estudiantes.
Desde la dirección del establecimiento, se habría comunicado recientemente que este año no podrían formar parte del evento, sin brindar mayores explicaciones. Algunos alumnos intentaron buscar alternativas para revertir la situación, pero no obtuvieron respuesta favorable.
Solo tres establecimientos escolares estan participando, dejando una vez más en evidencia el impacto que tiene la desorganización institucional en el acceso de los jóvenes a espacios de desarrollo físico, emocional y social.
“Se hace un gran esfuerzo para organizar estas competencias. Lo que se busca es una competencia sana, que los chicos puedan hacer deporte con pasión y compañerismo. Es una pena que no todos puedan estar”, expresó un directivo de una de las escuelas participantes.
La ausencia de una institución en eventos de este tipo no es un hecho menor. Refleja una falta de compromiso y empatía por parte de quienes tienen la responsabilidad de acompañar a los jóvenes, generando espacios de crecimiento e inclusión.
Una vez más, los adolescentes son los que pagan las consecuencias de la desidia. Alguien deberá dar respuestas, porque detrás de cada nombre en una lista de participantes que no fue entregada a tiempo, hay ilusiones rotas, proyectos truncos y una profunda sensación de abandono.