Tras 48 horas de intensa búsqueda, el cuerpo de Mateo Fernández, el niño de siete años arrastrado por la corriente del río Paraná en la zona del Sauzal de Echeverría, fue hallado a cinco kilómetros del lugar donde desapareció. La familia, junto con amigos y pescadores locales, lideró los esfuerzos para encontrarlo, denunciando que las autoridades dificultaron la colaboración y actuaron con demoras.
El jueves, Mateo había llegado con su familia desde Posadas para disfrutar de unas vacaciones de cinco días. Mientras pescaba con sus primos a la orilla del río, su mojarrero cayó al agua. Al intentar recuperarlo, fue arrastrado por la corriente y desapareció de la superficie.
Su padre, Ezequiel, regresaba al campamento junto a su hermano tras comprar provisiones cuando recibió el llamado de auxilio. Al llegar al lugar, intentó buscar a su hijo en el río, pero, al no saber nadar, solo pudo avanzar hasta donde sentía el fondo, arriesgándose a ahogarse él mismo. Desde ese momento, amigos pescadores de Posadas y Corrientes ofrecieron su ayuda para rastrear a Mateo, pero las autoridades locales, según la familia, bloquearon su participación.
«Varios pescadores nos dijeron que debíamos tirar una red rápidamente, pero los de Prefectura Naval no nos dejaron», declaró Ezequiel, quien también criticó las demoras en el inicio del operativo de búsqueda. «Un comisario no dejó que nuestros amigos de Posadas y Virasoro nos ayudaran, sin darnos ningún motivo», agregó con frustración.
A esto se suma la falta de señalización en la zona, que carece de carteles que adviertan sobre los peligros del río, como los arenales, donde ocurrió la tragedia.
Finalmente, el cuerpo de Mateo fue hallado por un pescador, quien lo encontró a cinco kilómetros de la zona de la desaparición. La familia ahora afronta el dolor de su pérdida y el traslado de los restos de Mateo a Corrientes capital. Fuente El Territorio digital.